Una gran historia se le fue de
las manos a George Clooney.
Basada en hechos reales en relación a la búsqueda, rescate y salvaguarda de
grandes piezas de arte sustraídas por los nazis durante la Segunda Guerra
Mundial, Operación Monumento gravita en el universo de George Clooney como una
cinta que no encaja ni se reconoce dentro de las películas previas que éste ha
realizado en su consistente carrera como director.
Operación Monumento sigue a un
grupo de siete personas especializadas en arte que fueron al frente de batalla
para rescatar las obras artísticas más importantes del mundo que estaban en
posesión de los nazis. La operación llamada The Monuments Men, dirigida por Frank Stokes (Clooney),
tenía la misión de rescatar más de mil años de cultura antes de fuesen
destruidas; si bien, no todo el arte saqueado se recuperó, en general la
operación fue exitosa.
A
pesar de su gran y atractivo elenco, Operación Monumento no muestra en ningún
momento su identidad, el descuidado tono dramático de la cinta sólo refleja la
falta de dirección de un guión que da tumbos entre la comedia burda y floja y
el drama ligero hollywoodense. Durante su primera hora, la película peca de
escenas cómicas innecesarias, eclipsando el verdadero nudo argumental y en el
mejor de los casos, lo retrasara.
Igualmente, la improbable como
anticlimática relación entre James Granger (Matt Damon) y Claire Simone (Cate Blanchett), nunca logra crear una
tención emocional o sexual creíble, ni siquiera engancharse de forma saludable
en un relato que logra realizar unas cuantas escenas brillantes en las que el
inquisitivo genio de Clooney se deja ver, en específico, aquella en la que su
personaje interroga a uno de los generales nazis.
Las fallas se hacen más
evidentes cuando vemos en pantalla a uno de los mejores ensambles actorales en
una película pero también de los más desaprovechado. Matt Damon, Bill Murray, John Goodman, Jean Dujardin, Bob Balaban y Hugh Bonneville, cada uno hace lo mejor
que le dicta su intuición actoral, incluso Cate Blanchett quien siempre logra
actuaciones impecables, esta vez hizo evidente la gran falta de una dirección
actoral sólida.
Cierto es que el tono
patriotero es otro de los rasgos que a Operación Monumento le restará simpatía
ya que esto se nota incluso en el bello score de Alexander Desplat que
viene a ser rematado con la escena final del filme.Aun
con estos detalles, Operación Monumento es una película para tener en cuenta
porque reivindica uno de los sucesos más heroicos y más desconocidos de la
humanidad entre guerras.
Gisella Gastiaburu Barthé
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