domingo, 20 de julio de 2014

Crìtica : Camille Redouble, de Noèmie Lvovsky.

Camille redouble es una película que sigue a una mujer inconforme con su realidad y con su vida actual, por ello viajaremos al pasado para conocerla durante los años 80. Noémie Lvovsky protagoniza, escribe y dirige esta comedia dramática, que gira entre ese espíritu juguetón, fresco y jovial lleno de vida y de tragicomedia que arrastra lo cotidiano de personajes, no tan alejados de la propia realidad. Así, nos involucraremos en una colorida y ochentera aventura, dentro de un argumento que nos hace cuestionarnos los límites que hay entre recordar y volver a vivir un hecho pasado, aunado a una introspección que puede servirnos para darnos cuenta de cómo nuestra vida pasa dentro del entorno de la cotidianidad y las pequeñas decisiones que tomamos.
Camille es una actriz de cuarenta años. Vive un romance apasionado con el alcohol y un romance frío y fracturado con el que alguna vez ha sido el hombre de su vida. El recuerdo de su difunta madre y la relación con su única hija, son dos puntos claves en la historia, que da un vuelco inesperado cuando sufre un desmayo en plena celebración del Año Nuevo. La directora entrega su obra más personal con dotes de vitalidad y energía prolija.  Jugando con la magia de volver a la adolescencia y poder cambiarlo todo. Pero dentro de este paradigma, donde la realidad y la fantasía se entremezclan con tanta naturalidad, ese atractivo que destila el modo de narrar es algo que se agradece. Después de todo, esta comedia en particular no explora territorios vírgenes, ni da respuestas revolucionarias a los grandes misterios que esconde el acontecer histórico, o que esconde algo tan pequeño pero significativo como un átomo, sino que intenta reutilizar la tierra para el cultivo antes que sea demasiado tarde. Sin ofrecer nada nuevo, podemos ver un film para el publico divertido en medida de lo que el espectador probablemente quiera ver.
Gisella Barthé.


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