El evangelio de la carne es la película
mas lograda del cineasta Eduardo Mendoza, un trabajo de tiempos; mezclando
pasado presente y futuro. Con una dirección de actores correcta; es lo mas
rescatable de la película. Entretenida para un público masivo, mezclando
historias paralelas, poniendo a la fe como nudo central; basado en el mes
octubre; el mes morado. Son personajes que han sido tocados por problemas
personales que los agobian; haciendo cualquier cosa con tal de curar errores,
Gamarra (Giovanni Ciccia)es un policía estafado con dólares falsos, que servia
para salvar la vida de su esposa que sufre de una enfermedad desconocida,
estafado por Narciso (un descubrimiento actoral) Sebastian Montechgirfo; quien
es líder del comando norte de la barra de la U, trabaja de cambista y hace de
todo por sacar a su hermano menor de edad de la cárcel antes que sea trasladado
a un penal de mayores por un error fortuito, ayudado por Félix (Emanuel
Soriano) con una actuación soberbia, es un hombre agobiado por la culpa de
haber causado la muerte de siete personas, por manejar ebrio en un bus
interprovincial. Es el encargado de pintar los dólares falsos.
El film no cierra el circulo porque hay
redundancias narrativas, con una
fotografía muy lavada, quizás por querer dar un nivel de realidad se pierde lo
visual perdiendo atmosfera y contrates estético con algunos detalles de
imágenes incongruentes, sobrecarga emotiva, con un final de telenovela de los
años 80, redundando en el melodrama, usando Albinoni equivocadamente, perdiendo
sinceridad emocional.
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