VII FESTIVAL DE CINE AL ESTE DE LIMA : Critica de Koza - lo mejor de la competencia oficial

TEXTO DE KOZA DE IVAN OSTROCHOVSKY 


Vivir del recuerdo, puede guardar una esperanza en el corazón de Koza, que significa “la cabra”, apodo de Pedro Balaz, un boxeador de peso pluma. Tenia 23 años cuando compitió, representando a Eslovaquia en los juegos Olimpicos de Atlanta de 1996, parecia que iba tener una frutifera carrera, pero no fue asi, de aquel boxeador no queda nada. Asi se inicia la escena, el mirando con nostalgia un VHS, recordando aquellas epocas de gloria en aquellos juegos Olimpicos. Koza ahora vive en la pobreza con su novia, Misa (Stanislava Bongilajova), y su precoz niña Nikolka (Nikola Bongilajova)
Cuando Misa se entera de que está embarazada, le pide a Koza dinero para un aborto, a pesar de que Koza desea al niño e intentara cambiar de manera de pensar a Misa; tomara la decisión de volver al ring por dinero, con ayuda de un no tal honesto Zvonko (Zvonko Lakcevic), quien se dedica al comercio de chatarra de metal, que le da poco dinero, pero acepta embarcarse, a lado de Koza en esta especie de road movie cargado de melancolia, y se enrumban en partidos de box sin fortuna, del boxeador talentoso, no queda nada, no dura mas de cinco rounds, es un fracaso pelear con el.
Quiza el momento mas memorable es cuando Jan Franek se propone como entrenador; el es un boxeador retirado de Checoslovaquia, que ganó una medalla de bronce en los Juegos Olimpicos de Moscú en 1980, pero ahora es un alcoholico sin hogar.
Koza es visualmente sincera y cruda, se podria decir que es una ficción con toques de documental, que tuvo una duración de cinco años entre pre-produccion y rodaje; el documentalista Ivan Ostrochovsky, confesó que en este proceso, llego a entablar una amistad con el boxeador. A manera que avanza el film, descubrimos a un hombre sumiso, noble, a un perdedor ingenuo, su historia de vida, se va revelando gradualmente en conversaciones esporadicas; abandonado por sus padres y criado por su abuela. El rodaje fue realizado por no-actores, Ostrochovsky de la mano de su director de fotografia Martin Kollar utilizan una composicion a distancias, no quiere explotar el patetismo, ni el drama, prefiere tiros de camaras largos, composiciones estaticas, ellos prefieren narrar el espacio fuera del ring, nada de capturar momentos agradables de humor, la fotografia filmada en camara HD, nos muestran paisajes bellamente invernales. El director conjugó la belleza invernal del clima de su pais, con pocos recursos, alrededor de siete persona, una camar HD estándar, filmar el frio, que te golpea visualmente el alma; como espectador te toca.
Ostrochovsky trabaja con tomas de exterior, que conjugan un universo frio, mucha niebla, Koza es un marginal, esa vision real se manifiesta en transmitir imágenes cargadas de desolación.el no tiene con que defenderse, es golpeado, humillado, sabe que no puede boxear más porque puede terminar con un derrame cerebral, pero no le interesa.
Ostrochovsky te compone en los 71 minutos, una película rigurosa , de observación, tiene un transfondo social, no existe el happy end en esta pelicula; de denuncia, en eso radica, la viseral belleza del film, con un trabajo dedicado en la fotografía, este mezcla de ficción- documental nos  compone a un Koza  humano, que solo le queda seguir la ruta de su destino.

Hay una frase genial que expreso el director en la conferencia de prensa el año pasado en Mar del Plata : «los pobres no tienen tiempo para problemas éticos».





Gisella Barthé