domingo, 15 de marzo de 2015

Critica de Atacada”La teoría del dolor”



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 Atacada”La teoría del dolor”

Atacada  “La teoría del dolor” es la opera prima de Aldo Miyashiro, una película expuesta en tres actos. Y es ahí donde comienza los errores del novel director de cine, que piensa que está dirigiendo una obra de teatro, no una película. Con actuaciones poco convincentes, personajes estereotipados, Andrea (Erika Villalobos) se presenta como una mujer  seria, de conducta intachable, Patricia, (Pierina Carcelen) la amiga, se presenta como una chica liberal que tiene sexo intenso con Gonzalo (Christian Rivero)  el mejor amigo de Rodrigo Altamirano (Jason Day), que en un lapso de menos de 10 minutos de conversación con Andrea, la golpea y viola, en un montaje de asociaciones, donde Jorge  el novio de Andrea  prefiere la pichanga con amigos y olvida a la novia, consumado el acto, es llevada a un hospital. Desde ese instante Andrea se enfrentaría al imperio Altamirano y otra vez recaeríamos  en los personajes estereotipados.
 El padre del joven Altamirano, un desbordado (Eduardo Cesti) que solo atina a gritar y sobreactuar, y la frase súbita seria “encima violas a una cholita teniendo una mujer linda”. Y cada escena seria una cadena de escenas clichés y absurdos, como la aparición de Beto Ortiz como médico legista, ¿Alguien podría creer eso?  Y entramos al juicio, ante todo explicaré que los juicios en el Perú no son como se muestran  en la película, imitando a un juicio sacado de una película gringa. Desde el momento que tenemos de juez a una anciana de mas de 80 años ya pierde credibilidad, una abogada implacable (Sofía Rocha) la antagónica de su propio sexo, por dinero. Para contrarrestar tanta maldad en contra de Andrea, el padre de ella (Carlos Gassol) quizás el más convincente del film pide un milagro a San Judas Tadeo, lo cual me hizo cavilar en una escena al estilo de La Rosa de Guadalupe, con la diferencia que no habría un milagro sino una venganza personal. En ese instante entraríamos al tercer acto, quizás es el fuerte de Miyashiro, el barrunto, la salsa dura de Sabor y Control, los amigos de barrio, buscando justicia, donde lo lidera un Miyashiro enamorado de Andrea, lo único orgánico de la película, será porque son una pareja real. 

Los excesos llegan a un desborde total, homenajeando al film un vengador anónimo de Charles Bronson. Pero, ¿En qué radicaba la intención de Aldo Miyashiro al escribir y dirigir está película?  En dar a conocer, como la mujer peruana de clase baja,  al ser violada por un hombre poderoso, es maltratada por la clase alta, ¿Y era necesario tanto desnudo y sexo absurdo?  No aportaron en nada al tema central del film.  Acosada “La teoría del dolor”, en lo personal percibí, la teoría del horror, por una narrativa simplona, con argumentos televisivos, donde el mensaje fue ojo por ojo diente por diente.

Gisella Barthé

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